Si algo caracteriza a Món Orxata no es sólo su auténtica horchata 100% natural, sino también las horchateras que, con su cariño y su dedicación, se encuentran detrás de los carritos en varios puntos de la ciudad de Valencia. Las puedes ver en el centro, en la Ciutat de les Arts i les Ciències y en la playa de la Malva-rosa para dar a conocer un producto elaborado de forma artesanal y del que se sienten muy orgullosas.
Carmen es una de las horchateras más veteranas con 12 años en la empresa. De hecho, comenzó a los pocos meses de que Món Orxata diera el pistoletazo de salida. “Estoy muy agradecida. Empecé a trabajar con 39 años, y aquí sigo- –comenta – “Los orígenes, como toda empresa que nace, no fueron fáciles, ya que la gente no estaba acostumbrada a ver los carritos sirviendo horchata en la calle. Pero el proyecto lo iniciamos con mucha ilusión y, poco a poco, fuimos haciéndonos grandes”.
Esta horchatera ha vivido con emoción los premios que ha recibido Món Orxata, “desde el primero, hasta el último”, ya que “son mi familia; se han preocupado por mí y por todas nosotras por lo que estoy muy agradecida”.
El padre de Carmen ya vendía horchata en un puesto del Mercado Central de Valencia y ella ha seguido con la tradición a través de Món Orxata. “Me encanta estar de cara al público y ofrecer un producto de calidad. Hay gente que sólo conoce las horchatas industriales y cuando prueban la nuestra quedan impresionados”, cuenta.
Además, estos 12 años han dado para muchas anécdotas, como la vez que ofreció horchata a los Reyes o a Millán Salcedo, “con quien me lo pasé muy bien”. También van a eventos donde conocen a mucha gente. Al fin y al cabo, “tenemos recuerdos muy bonitos”, apunta.
Otra horchatera, que también se llama Carmen, relata cómo comenzó en Món Orxata: “Fue por casualidad. Salía del sector de la hostelería y necesitaba un cambio, que me brindó Món Orxata tras conocerme cuando envié mi curriculum. Y aquí llevo ya seis años, muy contenta y con muchas ganas en esta gran familia que somos en la que siempre nos ayudamos y te tienen en cuenta”.
“Conoces a todo tipo de gente en los carritos, desde lo más alto a lo más bajo, como si fuera la vida misma. Trabajar de cara al público es muy bonito. Y cuando ves cómo le cambia la cara a la gente al probar nuestra horchata y cómo le gusta, te da mucha satisfacción”, dice, y recuerda con ilusión algunas anécdotas como cuando una tenista Vivi Ruano la grabó en video en el Open de Tenis.
Ya conocéis a nuestras dos ‘Cármenes’, pero en el equipo tenemos muchas más compañeras que os iremos presentando y seguro que más de uno frecuenta sus carritos para disfrutar de una horchata ofrecida con todo el cariño del mundo.
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