De la chufa se aprovecha todo. Además de la fabricación de horchata, existen productos alternativos derivados que van desde la cosmética hasta la alimentación. Mucha gente desconoce que la chufa lleva miles de años utilizándose con diversas finalidades y en Món Orxata hemos sido pioneros al recuperar los antiquísimos usos que diferentes culturas han dado a la chufa.
La chufa ha sido empleada a lo largo de la historia, desde la prehistoria, pasando por el antiguo Egipto, Grecia, Roma o la Edad Moderna. De hecho, en la Antigua Roma, por ejemplo, se han encontrado menciones a los usos culinarios y medicinales de la chufa, la cual aparece también en el único recetario gastronómico que se conserva de esta época.
Con los árabes, la chufa se empleaba en guisos y estaba muy extendida en repostería en sustitución de las almendras o se tomaba tostada en lugar del café o como infusiones. También se aplicaba en la medicina gracias a sus propiedades energéticas y digestivas.
Aceites corporales y de uso alimenticio, harina de chufa, jabones elaborados con horchata, turrón de chufas y almendra, miel o mermeladas son algunos de los productos que se realizan a partir de este pequeño tubérculo y que se han vuelto a recuperar.
Hoy en día la chufa es considerada un superalimento (‘superfood’), junto a la chía o a la quinoa, debido a sus propiedades y beneficios. Además, se emplea en dietas raw, vegetarianas y orgánicas y los grandes chef están haciendo un hueco a este tubérculo en sus creaciones gastronómicas.
Así pues, cuando toméis horchata, además de pensar en una bebida saludable, recordad que de la chufa se pueden preparar muchos más productos ecológicos y originales.